Columnista: David Torres

“Una comunidad informada no cree en las especulaciones”

David Torres

Orlando, Fla.– Si algo hay que define el momento político que se vive en el país, al menos en lo que a la comunidad latina se refiere, es su deseo casi urgente de lograr la ciudadanía. Ya sea por lograr un cambio local o más amplio, o bien para contrarrestar un ambiente hostil que se ha desatado en su contra durante el presente gobierno, crece el interés cada vez más consciente sobre la verdadera utilidad de sufragar.

La Florida Central no es la excepción. Para ello, las campañas de ciudadanía y posterior registro de votantes son la clave permanente para no dejar caer ni el interés ni la trascendencia de nuevas generaciones de ciudadanos.

“Creo que en primer lugar lo hacen por el temor individual de poner en peligro su eventual ciudadanía”, dice Soraya Márquez, coordinadora estatal de Mi Familia Vota en Florida.

Menciona, por ejemplo, que “su meta este año, en una elección local como esta, era de 25,500 registros electorales. Siempre dijimos que lo íbamos a lograr un mes antes y así fue, lo logramos un mes y tres días antes del 9 de octubre, que es la fecha tope para poderse registrar para votar el 6 de noviembre. Llegamos a 25,551 el día 6 de septiembre. Y todavía no hemos entrado a las escuelas en el mes de septiembre, y pienso que llegaremos a los 28,000 fácilmente”.

Otro factor importante que considera como detonador del interés electoral “es aquella cadena humana que el presidente quiere evitar: que una madre pueda pedir a su hijo, por ejemplo. Y también lo hacen porque están viendo que ahora ser residente tampoco es tan seguro. A eso se suma ese discurso de miedo que todos los días escuchamos en el presidente”.

Darse cuenta de eso no ha sido difícil en los tiempos que corren, pero “entonces qué pasa con eso frente a una comunidad hispana absoluta y totalmente desinformada”, añade Márquez.

En su opinión, la comunidad hispana en general sí viene a buscar un nuevo destino en Estados Unidos, “pero no se desprende las 24 horas de estar más pendiente de lo que pasa en su país que de lo que pasa aquí. Tú les preguntas qué pasó ayer en su país y te dan detalles de quién era el congresista de allá, cómo eran las elecciones en su país, quién ganó, quién perdió. Pero pregúntale por ejemplo quién es su comisionado del país donde ahora vive, y no sabe. Pregúntale quién es su representante o el alcalde, y no sabe”.

En ese sentido, reflexiona, se está luchando ahora no solamente contra un presidente que no quiere a la comunidad hispana, “sino contra un elemento peor, que es la desinformación de la comunidad hispana. Porque una comunidad informada no cree en las especulaciones, no actúa con base en los chismes, ni con base en unas redes sociales donde alguien coloca un post y todo mundo lo copia sin confirmar su veracidad”.

A partir de su experiencia en campañas de ciudadanía, Márquez se ha dado cuenta de que en este país “la gente está interesada en que el hispano vote de una manera mecánica”. Explica: “Aquí hay fondos para inscribir a la comunidad hispana, pero no hay fondos para una campaña educativa permanente hacia los hispanos”.

En ello radica precisamente su labor como activista, en que la educación político-electoral redunde en futuros ciudadanos mejor informados y preparados. El tema migratorio, por ejemplo, es un punto de partida fundamental que está catapultando la participación en ese sentido. Dice: “Diría que la inmigración en general es un tema que a todo el mundo le toca y hay una solidaridad absoluta de parte de la comunidad por el tema”.

Asegura que la inmigración pasó a primer término con el caso de los beneficiarios de DACA, el que califica como uno de los más sensible para muchos, “incluso para gente de tendencia conservadora, pues no acepta que los DACA no tengan una ley. Eso lo ven claramente, porque creo que los DACA ya pasaron a ser un activo de Estados Unidos, habida cuenta de que vinieron a triunfar. Han demostrado que vinieron a aprovechar una oportunidad de ser profesionales en este país”.

El otro elemento mucho más reciente que está haciendo virar a los hispanos a hacerse ciudadanos es el de la separación de los niños, que para Márquez “es una irresponsabilidad absoluta” por parte de las autoridades. “Eso es algo que tocó al mundo entero y nos dejó al desnudo. La imagen que Estados Unidos proyectó a través de la conducta asumida por el presidente con el trato hacia esos niños fue inhumano, fue terrible. Y ese factor, tanto a republicanos como a demócratas, los tiene realmente afectados”.

La animadversión actual en la que el mundo hispano se encuentra involucrado, sobre todo por la ola antiinmigrante que no cesa, no va a evitar su avance, coincide la directora estatal de Mi Familia Vota en Florida. Para ella, “el mundo hispano tiene un futuro brillante y extraordinario en este país, en la medida en que organizaciones como las nuestras nos dediquemos realmente a tratar de lograrlo. Es determinante mantener educado a ese mundo hispano que va creciendo cada día más frente al desastre latinoamericano con economías y con gobiernos que están destruyendo esos países, y no tienen otro sitio que venir más que a los Estados Unidos”.

Esa es una realidad que no todo mundo entiende ni acepta, pero al paso de los años, dice, “aquí ha estado creciendo una generación muy interesante que necesita ser educada, y estoy segura que si organizamos una campaña sostenida, concreta, precisa, para explicarles cómo son las elecciones, por qué son importantes, vamos a lograr crear conciencia en los hispanos y vamos a tener una presencia distinta”.

Escrito el 2018-09-12 00:27:06
David Torres

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