Yo sé que la calle habla. Los compradores de autos hablan. Los vendedores más. Y unos más que otros han tenido varios adjetivos para definir al Kia Soul. “Esa cajita”. “Ese carro cuadrado con llantas”. “Parece…”. Realmente son muchos los conceptos. Es uno y muchos, pero cualquiera que sea, la verdad es que se me antoja difícil categorizarlo.
LLegando ya a su tercera generación, desde que hizo su debut en Estados Unidos, por allá en 2010, el Soul ha marchado orgullosamente por esas calles sin pasar nunca desapercibido y ahora en su versión 2020 este coreano le agrega a su menú unos toques de refinamiento que lo hacen más atractivo, si es que me permiten la expresión. Recuerden que muchos dicen que es “como un patito feo”, pero muchos de no sotros ya sabemos en qué termina esa fábula.
La novedad para 2020 en todos los niveles de equipamiento (excepto el GT-Line 1.6T) es un motor 2.0 litros de cuatro cilindros de aspiración natural que entrega 147 hp y acciona las ruedas delanteras mediante la propia CVT de Kia, que se vio por primera vez en el Forte 2019 y sustituye a la transmisión automática de seis velocidades.
Son 14 caballos de fuerza menos que el motor 2.0 litros del año pasado (y 17 caballos de fuerza más que el motor base 1.6 litros del auto saliente), pero el ahorro de combustible cambia de 25/30 mpg en ciudad/carretera a 27/33 mpg (o 29/35 mpg en un modelo especialmente enfocado al ahorro). Aún queda una transmisión manual de seis velocidades en la hoja de equipamiento opcional, pero está disponible solamente en el modelo LX base.
Si lo que realmente quiere es potencia, el motor 1.6 litros turbo de cuatro cilindros está de vuelta en el modelo de nivel superior, el GT-Line 1.6T, acoplado a una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades, además de contar con paletas de cambio por primera vez. Con 201 hp a nuestra disposición, este Soul reforzado tiene más que suficiente poder para hacer girar los neumáticos delanteros. Aún y cuando la potencia nominal es la misma que en el modelo del año pasado, se siente aún más potente a velocidades de autopista.
Por fuera, ¡como no!, el Kia Soul X-Line que estuve probando resulta familiar: es alta y cuadrada como siempe ha sido, aunque la parte delantera en este 2020 es más moderna, con faros conectados de tal manera que enfatiza la anchura del modelo, que permaneció sin cambios en 70.9 pulgadas.
Las nuevas luces traseras “estilo boomerang” son un excelente detalle, en especial la forma en que se envuelven en la parte superior del portón posterior. En el pilar C hay una pieza negra de plástico con el logotipo del Soul incrustado, que Kia compara con las alas de un aeroplano en busca de imponer el concepto “techo flotante”.
La verdadera novedad para el Soul 2020 es el nivel de equipamiento con que fue dotado el X-Line con un precio inicial de $22,485 dólares, que añade un revestimiento de carrocería contrastante y guardabarros gruesos. Este paquete será excelente para aquellos que conducen a una corta distancia del camino de grava.
Pero si buscamos más allá de las potencialidades y los cambios exteriores, nos encontraremos con un espacio interior que de seguro gustará a todos aquellos que decidan andar con su frente en alto conduciendo un Soul 2020. ¿Que por qué? Bueno, pues resulta que la casa coreana decidió que incluso los modelos base reciben un sistema de infotenimiento con pantalla táctil de 7.0 pulgadas, un sistema de audio con seis altavoces y conectividad con Apple CarPlay y Android Auto. Como equipamiento de serie, en las versiones EX y GT-Line 1.6T hay un nuevo sistema de infotenimiento de 10.3 pulgadas con navegación satelital.
La pantalla ancha es nítida y brillante; además provee mucho campo visual para poder ver hasta dos o tres pantallas dividas a la vez. Los usuarios de Apple CarPlay y Android Auto apreciarán el espacio adicional en esta pantalla para hasta 10 aplicaciones.
Cuenta con un paquete de opciones disponibles, como: Conexión Múltiple de Bluetooth, iluminación ambiental interior, una pantalla táctil HD en colores de 10.25 pulgadas con funcionalidad de pantalla dividida y un sistema de audio Harman/Kardon de 640 vatios, dos veces la potencia en vatios del Soul de la generación anterior, el cual contaba con enigmáticos alojamientos para los altavoces en forma circular que parecían flotar sobre las ventilas del tablero, ahora los tweeters están alojados en diminutos biseles rectangulares enseguida de las ventilas de forma triangular.
Hay que parpadear varias veces antes de poder darnos cuenta de que la figura combinada emula la forma de un altavoz, en donde los tweeters sirven como la bobina y las ventilas hacen el papel de la bocina.
El tema se extiende al panel de las puertas, en donde una pieza de adorno estilizada produce la ilusión de ondas de sonido. ¡Ingenioso!