Llegó la hora de cobrar…


Es tan larga la lista de los disparates en que ha incurrido el presidente que sufrimos desde hace 21 meses los que vivimos en Estados Unidos, que una cuenta más a ese largo rosario ni quita, ni pone, como no sea para ratificar la tesis sobre la necesidad de someterle a evaluaciones sicológicas para determinar su idoneidad al frente de los destinos de esta gran nación.



 



Sorprende en este viacrucis la actitud complaciente y arrodillada de los políticos republicanos, ya que con apoyar ciegamente todas las barbaridades, abusos y payasadas del inquilino de la Casa Blanca, lo único que han logrado es acumular una abultada deuda que de seguro pagarán en las elecciones que ya tenemos al voltear de la esquina. Por cierto, en este apartado y como tratando de curarse en salud, el hombre color naranja salió diciendo hace un par de días que él no iba a aceptar culpa alguna en el eventual descalabro que se le avecina al partido del elefante. ¡Qué descaro! ¿Tendría la culpa Hillary? ¿O Barack? ¿O los chinos?



 



Y ya que menciono a los chinos, llama la atención que el comandante en jefe ha enfilado últimamente su artillería pesada contra el país más poblado del mundo y aparte de los ataques en materia comercial, con imposición de nuevos aranceles y trabas a miles de productos de esa nación, ahora los culpa de ser los causantes de cualquier distorsión cibernética ocurrida en las elecciones que le llevaron a la oficina que jamás debió haber usado. ¡Cosa más grande!



 



Aclaro, yo no estoy exonerando a priori a los chinos, como tampoco es que no les crea capaces de eso y más, porque si consideramos que no les tiembla el pulso para engañar a los consumidores inyectando a pollos, camarones y demás animales que venden para aumentarlos de peso, cualquier chueco está al alcance de su imaginación. Pero, ¿y los rusos? ¿No estaba probado que habían sido los ‘jaquers’ moscovitas y lo que no se ha logrado saber claramente era cómo lo habían hecho? ¡Eso poco importa! Ahora son los chinos. ¿Y Putin? ¡No, él no!



 



¿Y las acusaciones sobre los opositores y enemigos de Vladimir asesinados, envenenados? “Buenoooo... es tremendo, pero nada de eso ha sido cometido en territorio estadounidense”, justificó el agente naranja con licencia para estrujarle la vagina a cualquier mujer que se le antoje.



 



¿Y qué nos dice del discurso en el que se burló de la doctora que acusaba a su postulado para la Suprema? “Oh, ¿eso?... eso era necesario y sirvió para que ganáramos ese round, por lo tanto estaba justificado”. ¡Qué sinvergüenza! ¡No hay derecho!



 



Así que por esa, aquella y muchas ofensas más, pienso que este noviembre es buena oportunidad para empezar a cobrar esa deudita...


Alfredo Mantilla

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