El canciller brasileño, Ernesto Araújo, afirmó este viernes que Nicolás Maduro “ya no es más el presidente de Venezuela” y que su lugar es ocupado por el diputado Juan Guaidó, quien llevará al país a unas elecciones “realmente libres”.
Araújo sostuvo en rueda de prensa que “existe un panorama para cambiar la realidad en un país víctima de una tiranía”, pese a que admitió que “la situación todavía no está definida enteramente a favor de la democracia”, por lo que “es necesario seguir trabajando, sobre todo con los propios venezolanos”.
El ministro confirmó que el próximo lunes asistirá a una reunión que el Grupo de Lima celebrará en Canadá para analizar la situación en Venezuela y dijo confiar en que esa cita permitirá afinar algunos aspectos de la “cooperación” con ese país, sobre todo en lo relativo a la ayuda humanitaria pedida por la Asamblea Nacional (Parlamento).
Según Araújo, “el fin de la crisis sólo llegará cuando haya una sustitución completa del régimen de Maduro”, de quien dijo esperar que no impida el ingreso de esa ayuda humanitaria, anunciada para los primeros días de febrero por el propio Guaidó el pasado 23 de enero, cuando se autoproclamó presidente interino del país.
El canciller explicó que “la cuestión logística” de esa ayuda, que estará constituida sobre todo por alimentos y medicinas, es “muy importante” y que Brasil lo “coordina” con otros países para definir cómo es que ingresará a Venezuela y será luego distribuida.
En ese marco, dijo que, por sus conexiones fronterizas, Colombia es, junto con Brasil, “uno de los posibles pasos por los que esa ayuda podría transitar”, pero apuntó que en la logística “existen algunas dificultades mayores de las que se imaginaban”.
Araújo comentó además que las gestiones que han anunciado México y Uruguay, países distanciados del Grupo de Lima, para una solución negociada y consideró que pudieran ser “útiles”, siempre que no apunten a “darle algún oxígeno al régimen para que pueda respirar otros dos o tres meses”.
Según el ministro, la “presión internacional” es “fundamental” para que Maduro “entienda” que “debe salir” y también para convencer a los militares que permanecen fieles a su Gobierno de que ahora “le deben lealtad a Guaidó, como presidente legítimo”.