Corriendo en el Mar Muerto

Sobre la sal solidificada en diques que se adentran en el Mar Muerto y bordeando el agua por senderos frente a las montañas del desierto, 2.500 corredores participaron este viernes en Israel en un maratón por el lugar más bajo del planeta.

El Maratón del Mar Muerto es el legado de la conocida como "Carrera de Ein Gedi", que hasta el año pasado se organizaba en un área próxima, pero ahora ha tomado un nuevo impulso al ofrecer una ruta única entre islotes de sal sedimentada.

"Es un evento histórico, porque en este lugar es la primera vez que civiles pueden correr por el dique", explicó a Efe uno de sus organizadores Daniel Keren, sobre la plataforma que se adentra en el Mar Muerto y alcanza la frontera jornada.

Antes del amanecer (4.30 GMT), sonó el pistoletazo de salida en el sur de Israel para la primera tanda de participantes que corrió los 50 kilómetros, la distancia más larga de los cuatro tramos que tiene la carrera, en la que también había maratón, medio maratón y 10 km, cuyos corredores salieron de forma consecutiva.

Quienes se atrevieron con la categoría de Supermaratón fueron los que accedieron más al centro del lago rico en minerales, en el que no sobreviven peces ni animales, pisando una superficie asfaltada por la sal.

"El escenario y las vistas son las más hermosas, en el lugar más bajo del mundo (a más de 400 metros bajo el nivel del mar). Recomiendo a todos venir, correr este maratón y disfrutar todos los lugares", declaró a Efe unas de las ganadoras, la israelí Merav Minces, que completó los 50 kilómetros en 3.55 horas.

Desde las 3.00 GMT, todavía de noche, los 2.500 participantes fueron recogiendo las acreditaciones y calentando frente a la laguna; un centenar de ellos llegados desde cincuenta países como Colombia, Italia, Ucrania o China, incluida una delegación de Jordania, país ubicado en la orilla opuesta.

Durante el recorrido, nueve puntos de avituallamiento ofrecían dátiles, bebidas energéticas y agua a los corredores, mientras DJs pinchaban reguetón latino y tecno que hicieron bailar no solo a los corredores sino a los soldados del Ejército israelí que vigilaban los tramos de los diques, en esta zona militar que se abrió solo para este evento.

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